Nació en Buenos Aires el 10 de noviembre de 1956. Ha
recibido numerosos reconocimientos nacionales e internacionales por su obra
poética y narrativa. Sus 36 libros de poesía, ensayo, novela y teatro han sido
publicados en Argentina, Chile, España, Estados Unidos, Inglaterra, Italia,
México, Suecia, Venezuela y Uruguay. Últimos libros publicados: Short Poetic Anthology (trad. B.
Allocati, Ed. Littoral Press, Inglaterra, 2013); Bering Och Andra Dikter (trad. por Maria Nääs, Ed. Siesta Förlag,
Suecia, 2012); La Sera dell’Elefante e
Altre Poesie (trad. por Emilio Coco, Ed. Sentieri Meridiani Edizioni,
Italia, 2012) y A Heron in Buenos Aires.
Selected Poems (antología poética compilada y traducida por el poeta
estadounidense Cooper Renner. Ed. Ravenna Press, Washington, EE.UU., 2011).
* * *
Su pequeño tiempo detenido
el automóvil que lo mató
se alejó seguro de sí mismo
y ahora duerme su sueño de motor
en un desaliñado garaje del suburbio
mañana le limpiarán la sangre
antes de ir a trabajar
el criminal no duerme sin embargo:
discute con su esposa el tema de la renta
se ha olvidado por completo del gato
que hasta que llegó la tarde estaba hecho
de músculos y encanto
de sanguinaria agilidad y de silencio
ahora en la lejana calle
sólo está hecho de tiempo detenido
y lo buscan las hormigas
que caminan siempre
por un desierto infinito
donde el agua escasea
pero abunda la comida
ese país escondido donde ponemos los pies
la calle sigue como siempre calle
como estuvo ayer como estaba
en la tarde de la muerte
como seguirá durante todos
los indefinidos mañanas
el cielo apenas más oscuro
apenas alguien solo
que cruza por la esquina
y de tanto en tanto otro automóvil
que busca algún ser vivo
sólo el gato cambió
o su mitad que es todo
lo que quedó en la acera
hoy que la muerte
ha capturado otro ratón
El extravagante viajero, río arriba
Entonces lo vi en el agua aceitosa,
regalo de la industria y del odio a lo vivo,
remontando río arriba la corriente:
el salmón imposible,
un monstruo musculoso
ornado de verdes y violetas,
de naranjas y rojos,
en la librea que sólo presta el deseo
a los ansiosos por reproducirlo a toda costa.
Insólito tornasol entre la basura
del río condenado,
como un hombre empecinado
en encontrar el camino que le diga
“soy tu vida”, un regalo
para la candidez empecinada en creer,
un estímulo para los músculos tensados
bajo las ásperas escamas,
una sobredosis de hormonas
inundando el cerebro diminuto.
Y esa boca abierta al deseo de respirar
todavía algo más de su último día,
guardaba la postrera sílaba
de aquellos que no se dejan vencer
ni por su propia idiotez
ni por las aristas de los muelles
donde nunca paran, donde jamás
por cosa alguna se detienen.
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